CANTO A LA VIDA


Plenitud y comienzo
Alborada, atardecer
Arco iris en el ocaso
Leticia y Bartolomé.

Convocación y acogida
Alegría, aceptación
Mil caminos recorridos
Por los vínculos de amor.

Paisaje campesino
Cafetales y color
Sabor a tierra cuidada
Flores, comida y pasión.

Gracias, cariño, entusiasmo
Horizontes, construcción
Redes de amor que se tejen
En las urdimbres de Dios.

Es Dios que es fuente y camino
Es Dios que vive en acción
Es Dios que en todo proclama
En el amor siempre estoy.


Marta Elena Mejía J.rscj
Mayo 19 y 20 de 2007

HOMENAJE A LETICIA VALLEJO -19 MAYO DE 2007

GALERÍA 2 DE FOTOGRAFÍAS DE LA CELEBRACIÓN HOMENAJE A LETICIA VALLEJO

http://www.slide.com/r/fzq6bckt7D_xpKAp93KCmgmKaFHYYzc7?view=original

HOMENAJE A LETICIA VALLEJO -19 MAYO DE 2007



GALERÍA 1 DE FOTOGRAFÍAS DE LA CELEBRACIÓN HOMENAJE A LETICIA VALLEJO

http://www.slide.com/r/ywLdSTT86j8QYJQZhu12O3L4Mh7PFFnq?view=original

LA FAMILIA

Que ninguna familia comience en cualquier de repente
que ninguna familia se acabe por falta de amor
la pareja sea uno en el otro de cuerpo y de mente
y que nada en el mundo separe un hogar soñador.

Que ninguna familia se albergue dabajo del puente
y que nada interfiera en la vida, en la paz de los dos
y que nadie les haga vivir sin ningún horizonte
y que puedan vivir sin temer lo que venga después.

La familia comience sabiendo por qué y dónde va
y que el hombre retrate la gracia de ser un papá
la mujer sea cielo, ternura y afecto y calor
y los hijos conozcan que tiene el amor.

Coro:

BENDECID OH SEÑOR LAS FAMILIAS AMEN
BENDECID IH SEÑOR, LA MIA TAMBIÉN

Hablado:
Si señor Jesús, bendice nuestra familia universal, oh Dios,
bendice nuestra familia colombiana que se desangra día a día, Señor,
bendice, oh Dios, santo bendito
todas las familais que están desmoronadas, envueltas en el odio,
reintégralas por tu gran amor,
bendice mi familia Señor.

Que marido y mujer tengan fuerzas de amar sin medida,
y que nadie se vaya a dormir, sin buscar el perdón,
que en la cuna los niños aprendan el don de la vida
la familia celebre el milagro del beso y del pan.

Que marido y mujer de rodillas contemplen sus hijos
que por ellos encuentren la fuerza de continuar
y que en su firmamento la estrella que tenga más brillo
pueda ser la esperanza de paz y certeza de amar

La familia comience sabiendo por qué y dónde va
y que el hombre retrate la gracia de ser un papá
la mujer sea cielo, ternura y afecto y calor
y los hijos conozcan la fuerza que tien el amor.

Coro:

BENDECID OH SEÑOR LAS FAMILIAS AMEN
BENDECID IH SEÑOR, LA MIA TAMBIÉN


Autor: P. José Fernandes Oliveira, scj

DOCTOR IGNACIO LONDOÑO PALACIO

Hijo de Fermín Londoño Palacio y Carmen Palacio Isaza, primos hermanos, quienes se casaron en Abejorral en 1845 y emigraron a Manizales junto con la gran corriente migratoria de los antioqueños hacia Caldas.
Debemos comprender el entorno de la ciudad de donde parte este viaje hacia el sur de Antioquia, recordando a la ciudad de Abejorral que fue llamada "La Tierra de los Cien Señores" o "La Popayán Antioqueña". A estos territorios donde reinaban los caciques Maitamac y Pipintá, llegó el mariscal Jorge Robledo hacia 1541, pasando más adelante a formar parte de la jurisdicción de Santiago de Arma en 1544 y de la jurisdicción de Rionegro en 1577.

El corregidor Sancho Londoño en 1762 solicitó autorización a la corona para explorar una mina en las “montañas de la Miel”, cerca de las de sus propiedades en la Ceja y La Unión. Un año después su yerno Felipe Villegas denunció como baldíos los terrenos colindantes con las de Londoño que “comprendían desde los linderos de los indios de Pereira y Sabaleta hasta los nacimientos del río Arma.

En 1763 le fueron otorgadas las tierras actuales de Abejorral, Sonsón, Argelia y Nariño, en Concesión, al español Don Felipe de Villegas y Córdoba, quien emprendió trabajos de minería en las tierras de Abejorral y ordenó la apertura de caminos, en especial el que uniera a Sonsón con Honda. Años más tarde trabajó en asocio con su hijo Don Manuel José ampliando los trabajos en la quebrada las Yeguas y en el río Buey. De esta manera comenzó el poblamiento inicial de estas tierras, por mineros y mazamorreros, que al mismo tiempo sembraban su sustento. Hacia el año de 1786 el capitán Juan Vélez de Rivera solicitó parte de las tierras comprendidas entre el río Arma y el Buey (casi toda la Concesión Villegas), tierras que fueron donadas posteriormente a su yerno don Esteban Arango, lo que ocasiono cuantioso pleito con don Felipe, a quien finalmente le son reconocidas nuevamente sus titulaciones “realengas” sobre la Concesión y se le restableció el derecho de posesión.[1]

En 1793 ya existía una capilla en Yeguas, dependiente de la parroquia de Arma, atendida por el Padre Ignacio de la Cuesta y Jiménez. Alrededor de este templo surgió un caserío. En 1800 a la muerte de Don Felipe, los terrenos de Abejorral correspondieron a su hijo, el Maestro Don José Antonio Villegas, quien tomó posesión de ellos y traslado la capilla dedicada a Nuestra Señora del Carmen al lugar en donde hoy esta la ciudad, lugar en el cual levanto su casa, la de sus hijos y sus esclavos. El Sitio de Nuestra Señora del Carmen de Abejorral en 1806 contaba con una población de 1506 habitantes, pertenecía a la jurisdicción de Rionegro y eclesiásticamente dependía de Santiago de Arma. Don José Antonio Villegas pide la erección de la Parroquia, lo cual se logra el 16 de febrero de 1808. En 1810 fue llamada Nuestra Señora de Santa Catalina del Abejorral, año en el cual fue nombrado Alcalde el Maestro Don José Antonio Villegas.[2]

Se demuestra oficialmente la fundación de Nuestra Señora del Carmen de Abejorral, el 15 de enero de 1811, fecha en la que el fundador Don José Antonio Villegas otorgó escritura pública de planeamiento y donación de doscientos solares para los pobladores y lotes para la edificación de la iglesia y edificios públicos.[3]

Los apellidos más frecuentes en Abejorral fueron: Arango, Bernal, Betancourt, Botero, Castaño, Florez, Gallego, González, Gutiérrez, Henao, Isaza, Jaramillo, Jiménez, Londoño, Naranjo y Villegas.[4]
Muchos de los habitantes de Abejorral y otras ciudades antioqueñas, iniciaron un movimiento colonizador hacia Sur de Antioquia, es decir hacia Caldas, Risaralda, Quindío, Norte del Tolima, Norte del Valle del Cauca y Chocó debido a que con el advenimiento de la República el territorio no ocupado o "baldío" fue repartido en pago de servicios a la Independencia, lo mismo que como galardón a los jefes legitimistas de la guerra del 40. Quedó así la tierra sin aprovechamiento en manos de pocos dueños, sustraída al desmonte y la siembra en vastos latifundios que, a su hora, fueron nueva valla a la expansión y al progreso de la faena agraria.
[5]

Se entabló entonces la lucha entre colonos y terratenientes. Fundan aquellos el derecho de propiedad sobre el trabajo y éstos lo basan en un título. La presión de masas obliga a los propietarios a ceder terrenos para caseríos, células iniciales de dominio que eran a modo de bloques cooperativos de producción, consumo y defensa. Las nuevas fundaciones valorizan a su vez los predios circunvecinos, pero estancan su progreso la carencia de vías, pues sus trochas eran despeñaderos de cabras, la dificultad de aprovechamiento de las aguas en las cuchillas donde se emplazaban por razones de estrategia defensiva de los bichos y por los saqueos en las contiendas civiles. Durante ellas Filadelfia, en su desventajosa situación militar, fue saqueada diez veces.[6]

Con la parcelación de la propiedad vino el auge de la agricultura y de la minería; la holgura económica incrementó el intercambio de géneros con Mompós, Mariquita, Honda, Popayán y Quito; aumentó la población (cada pareja tenía en promedio 8 hijos) y se produjo la ocupación de nuevos territorios, la fundación de pueblos y el expansionismo creciente: se inició el éxodo hacia el sur y las selvas del territorio de Caldas empezaron a caer al golpe del hacha conquistadora.[7]

En la época de la Independencia (1819) y la Gran Colombia (1820-1830) los principales polos urbanos de Rionegro y Salamina contaban con grandes latifundios (de miles de hectáreas) y se dio el fenómeno de lo que se llamo "los cultivadores sin parcela" quienes emigraron hacia el sur, colonizando a su paso. De esta manera, comenzó el nuevo espíritu colonizador de aquel entonces, el cual tuvo multitud de causas:
Una primera de intención política: la necesidad de enlazar de alguna manera a Santa Fe de Antioquia con Popayán, que fueron por algún tiempo los extremos de una sola provincia del Cauca.

Otras de orden social: la falta de tierras de los campesinos del oriente antioqueño (Rionegro, Marinilla y principalmente Sonsón, que padeció una aguda pobreza desde los primeros años de la República); el agotamiento de las minas de oro y su sustituto, la fiebre de la guaquería, suscitada por la extensa difusión que se dio al hallazgo de tesoros legendarios, como los de Maraveles, Pipintá y Calarcá, la fiebre del caucherismo, y por otros no divulgados, pero presentidos; la necesidad de escapar a los reclutamientos de las guerras finiseculares; la expulsión consentida de los varones adultos por familias demasiado prolíficas, incapaces de dar sustento a tantos hijos; y, en fin, el descubrimiento del café como un producto ideal para la colonización de vertiente, para afirmar y dar trabajo al tipo de familia paisa tradicional, y para mantener abierto un mercado externo y unas relaciones comerciales que se habían conquistado con la exportación del oro, a punto de perderse por la reducción drástica en la producción minera..
[8]
[1] www. Geocities.com/raicespaisas/Abejorral.htm
[2] www.geocities.com/raicespaisas/Abejorral.htm
[3]www.geocities.com/raicespaisas/Abejorral.htm
[4] www.geocities.com/raicespaisas/Abejorral.htm
[5] www. Geocities,com/raicespaisas/colonizacionantioqueña
[6] www.geocities.com/raicespaisas/Abejorral.htm
[7] www. Geocities.com/raicespaisas/colonizacionantioqueña
[8] www.geocities.com/raicespaisas/colonizacionantioqueña.htm

Escrito por MARIA LUISA RAMÍREZ LONDOÑO


(Imagen realizada por Camila Andrea González Galindo)

La Migración Antioqueña Hacia El Sur A Finales Del Siglo Xviii Y Principios Del Siglo Xix

Desde el occidente de Antioquia y hacia el sur se inició un movimiento de gentes trabajadoras que desmontaron selvas y fundaron pueblos en la cordillera andina en varias etapas:
En una primera etapa llegaron hasta los Altos de
Sonsón(1800), Abejorral (1806) y Aguadas (1808), en las tierras de la Concesión Villegas, en las cuales surgieron estos primeros pueblos de la colonización antioqueña, desde finales del siglo XVIII y en las dos primeras décadas del siglo XIX. En esta marcha los colonos refundaron a Arma Viejo, la cual se había convertido en una estación intermedia para arrieros en el camino que va hacia Marmato y Popayán.
Una segunda etapa se realizó cuando los colonos antioqueños invadieron las tierras de la Concesión Aranzazu, en las cuales surgieron los pueblos de
Salamina (1825), Pácora (antes Arma Nuevo, 1832), Neira (1842), Manizales (1849) y Santa Rosa de Cabal (1844). Estos colonizadores debían seguir el Camino del Norte o Camino de la Colonización, que desde Abejorral pasaba por Sonsón, Salamina, Neira, el río Guacaica y llegaba a Manizales.
A la ciudad de Manizales que en 1852 contaba ya con 3000 vecinos, llegaron Fermín Londoño Palacio y María del Carmen Palacio Isaza. Fermín era hijo de Ignacio Londoño Bernal y Raimunda Palacio. María del Carmen era hija de Pedro Palacio y Mónica Isaza.
[1]
La tercera etapa se realizó en la segunda mitad del siglo XIX, cuando se colonizó el Quindío, con el estímulo de la búsqueda de las guacas quimbayas, del caucherismo, de la cría de cerdos, de las guerras civiles y del cultivo del café; así surgieron las ciudades de Pereira, Armenia, Calarcá, Circasia, Montenegro, Caicedonia y Sevilla.
Una cuarta etapa en los finales del siglo XIX desplazó la colonización antioqueña hacia el norte del Tolima, Valle, Chocó y las áreas de los ríos Sinú y San Jorge. El proceso de colonización continuó en el siglo XX hacia el Golfo de Urabá y los Llanos Orientales.
[2]

[1] Gabriel Arango Mejía. Genealogías de Antioquia y Caldas. Editorial Bedout. S.A. 1973 pag 543
[2] www.geocities.com/raicespaisas/colonizacionantioqueña.htm
(Imagen sacada de www.raicespaisas.org)