Colonizador Finquero En El Quindío Y El Páramo Minero En Toldafria

Alrededor de los años 1890, su ancestro lo llevó a ser creador de riqueza abriendo tierras en lo que en ese entonces era el Estado soberano del Cauca y las laderas del Ruiz, con su hermano Pedro José, casado en primeras nupcias con Ana Rosa Mejía, de El Retiro, hermana de Virginia, del cual existe numerosa descendencia.
Dichas tierras se dividieron y Pedro José se quedó con las del páramo e Ignacio se quedó con las del Quindío. Ignacio a las tierras que le correspondieron le puso el Nombre de la Española.
En medio de las vicisitudes surgidas por la persecución a los liberales, Ignacio se dedica con toda su energía al montaje de la finca y a la educación de su familia.
La titulación de los terrenos en el Quindío consta inscripción en la en la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos del Circuito de Cartago, Departamento del valle número 611 del 13 de octubre de 1893 mediante registro de la primera copia de la diligencia de posesión y entrega que dice: “en el sitio de la Española corregimiento de Filandia, de este distrito a 27 de Septiembre de 1893 el prefecto de la provincia en asocio con el fiscal, el Señor Ignacio Londoño Palacio por si y en representación de su hermano Pedro José Londoño, el secretario de la Prefectura y siéndolo con el objeto de darle posesión del terreno denominado La Española adjudicado a los Señores Londoño Palacio a título de cultivadores por resolución del Ministerio de fecha 19 de Junio de este año. Al efecto el señor Prefecto teniendo a la vista el plano respectivo y habiéndose cerciorado que dentro del mismo no existen cultivadores, manifestó en alta voz que en nombre de la República de Colombia y por autoridad de la ley hacia formal entrega y daba posesión definitiva a los Señores Ignacio y Pedro José Londoño Palacio a título de colonos cultivadores de las 707 hectáreas 3.540 metros del terreno denominado la Española. Posteriormente los hermanos compraron otros lotes destacándose el que consta en la escritura pública #1520 en el distrito de Manizales, departamento de Antioquia, República de Colombia, a 9 de diciembre de 1893 compareció Manuel María Grisales manifiesta que da en venta real y enajenación perpetua a los señores Ignacio y Pedro José Londoño el derecho que le corresponda en el terreno que ellos denominan La Española, en el caserío de Filandia, municipio de Cartago del departamento del Cauca cuyos limites son: Por el oriente la línea que demarcó el agrimensor Dr. Lisandro Durán al levantar el plano de la Española; por el sur Río Roble; por el occidente el Río la Vieja por el norte la quebrada la Tigrera; lote que comprende el terreno que les han reconocido a los Señores Londoño P. los vecinos o colindantes y el que les adjudicó el Gobierno a título de cultivadores y que está dentro de los límites según resolución del Ministerio de Hacienda.
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En esta época Ignacio, se dedica también al ejercicio de su profesión y es nombrado en Manizales, por el Tribunal Superior del Sur de Antioquia como Juez Del Distrito el 6 de abril de 1897. Debido a su filiación liberal debió abandonar su cargo.
El hondo arraigo del Dr. Londoño a las tierras del Quindío lo transmitió a su familia. Por una parte vinculó a su hijo Antonio José a sus yernos Jesús María Vallejo y Eduardo Jaramillo. (Rafael Restrepo vivía con Alicia en Medellín) a diferentes aspectos administrativos de La Española; y por otra, siempre en las vacaciones del final del año escolar se trasladaba con sus hijos y nietos en medio de la complicación del transporte de aquellas épocas, a caballo o en mula para las personas a lomo de bueyes para el equipaje, hasta la hacienda. Algunos de los descendientes que tuvieron la oportunidad de viajar en esa época, relatan los viajes al Quindío como una aventura casi increíble comparada con el transporte que hoy existe. Describen sus viajes en carguero (sillero) o en mula desde Manizales hasta el Quindío.
El sillero o el carguero eran utilizados para transportar a las mujeres y a los niños a cuestas, por hombres que sostenían una silleta sujeta a la espalda. La silla de las mujeres tenía apoyo para los brazos, los pies y techo para evitar las inclemencias del tiempo. Las destinadas a los pequeños tenían barandas y el tamaño suficiente para que éstos pudieran acostarse.
El oficio del carguero no era denigrante, era escogido voluntariamente, lo desempeñaban mestizos y blancos a quienes se les pagaba de acuerdo al número de arrobas que pesara su carga humana.. Podían llevar a su espalda hasta 9 arrobas, muchas veces su carga consistía en una cómoda (armario) de cedro, o una máquina de coser, un trapiche o un piano.
El viaje desde Manizales hasta la hacienda duraba 3 días, pernoctando en Guayabito, cerca de Pereira la primera noche y en Finlandia la segunda. El doctor Londoño viajaba a caballo junto con los cargueros, varios “peones de estribo” que viajaban a píe encargándose de cuidar las personas, el equipaje y tres o cuatro mulas de remuda. Los caminos eran fangosos y muchas veces peligrosas. Los viajeros podían encontrarse animales de gran belleza o de gran ferocidad como tigres, osos negros, jaguares y serpientes.
[1] Archivo Legal familiar.
(Imagen del Quindio de www.uniandes.edu.co)