El Benthamismo Político

El maestro Jaime Jaramillo lo describe de esta manera: La teoría de la legislación del jurista inglés, filósofo del utilitarismo, Jeremías Bentham, es la primera concepción del Estado y la primera filosofía política sistemática que se enseñó con carácter oficial en las universidades de la Nueva Granada, poco después de proclamada la independencia, y el primer cuerpo coherente de doctrinas emparentadas con la concepción liberal moderna del Estado, con que las clases cultas colombianas intentarían remplazar las enseñanzas jurídicas y políticas de la universidad colonial. [1]
Esta teoría venía a asentarse en tierra fértil ya que coincidía con el pensamiento de la burguesía y las necesidades de reorganización del Estado después de la guerra.[2]
Pedro León Vega Rodríguez da la razón histórica de la aceptación de los principios de Bentham en la reorganización del Estado en la siguiente disertación: En efecto, la concepción Benthamista de la legislación no era sino una de las expresiones de la racionalización del estado moderno, en la medida en que todas las actuaciones de éste se supeditan a estos tres principios: economía, simplicidad y eficacia. En otros términos, no era sino un aspecto de la tendencia de la vida moderna a llevar al Estado las formas y sistemas de operación propias de la economía capitalista, que de parte del Estado exigen una burocracia técnica y un sistema racional de legislación, es decir, un sistema unitario y sencillo de normas jurídicas de fácil conexión entre unas y otras…. Un sistema racional de legislación que hiciera eficaz el Estado y remplazase por un sistema uniforme y sencillo de códigos y normas". Lo que Juan García del Río llamaba entonces "la barbarie de la legislación española". Este decía: "es tiempo ya, en efecto, de que una legislación sabia ocupe el lugar de una compilación bárbara; de que nos deshagamos de esa hueste de leyes y decretos que nos acosa, y de que formemos unos códigos ilustrados, condensándolo todo en una forma y modo que, sin quitarle nada de su vigor, acabe la oscuridad y la contradicción que hoy reinan.
En este marco histórico encontramos una prueba de que los pensamientos de Bolívar y Santander han estado presentes en los diversos estadios de nuestra trayectoria y que si han tenido divergencias también han tenido coincidencias como las que se observan frente a la educación. Ambos pensaban indispensable la educación de los ciudadanos como lo dijo Bolívar en Angostura "un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción". Imbuido por su pensamiento y consciente de que la sociedad no tenía directrices resalta Vega Rodríguez que Santander promulgó un decreto el 8 de Noviembre de 1825 en el que se ordenaba la enseñanza de la legislación según los libros del jurista inglés Jeremías Bentham, filósofo del utilitarismo. Pero en torno a estas ideas se suscitó una polémica interminable que alimentó la vida espiritual de Colombia por más de medio siglo y que se conoció como la Querella Benthamista.
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Relata Vega Rodríguez que las primeras reacciones fueron religiosas pero los acontecimientos fueron más allá y abarcaron el campo político, ético, filosófico, y establecieron, en general, una confrontación de carácter ideológico al interior de la sociedad neogranadina que obligaron dos años después a Santander a modificar su decisión. "
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Del estudio histórico se destaca que las ideas de Bentham ya habían sido pregonadas por Antonio Nariño quien en 1821 había publicado en el periódico “La Bagatela” extractos de su pensamiento. Las ideas de Bentham habían sido descalificadas por Bolívar mediante decreto de 20 de Octubre de 1828 señalaba que “el origen de los males de la sociedad, como la conspiración del 25 de septiembre, estaba en las enseñanzas de autores como Bentham, "que al lado de máximas luminosas contienen muchas opuestas a la religión, a la moral, y a la tranquilidad de los pueblos". En ese decreto se suspendían "las cátedras de principios de legislación universal, de derecho público, político, constitucional y ciencia administrativa", y también se ordenaba "obligar a los jóvenes a asistir a una cátedra de fundamentos y apología de la religión católica romana".
La historiadora Pilar Moreno de Ángel, en su libro "Santander", considera que “Bolívar actuaba así respondiendo más a la práctica política que a sus propias ideas, porque en su carta a Bentham del 15 de Enero de 1827 le escribía que esperaba con ansia le enviara "las obras de legislación civil y judicial juntamente con las de educación nacional, para estudiar en ellas el método de hacer bien y aprender la verdad, únicas ventajas que la providencia nos ha concedido en la tierra, y que usted ha desenvuelto maravillosamente prodigando con profusión sus goces a los individuos de nuestra desgraciada especie, que largo tiempo sufrirán todavía el mal y la ignorancia.
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En 1835, en su segundo gobierno, el general Santander entonces Presidente, intentará de nuevo abrir las puertas de la educación a las ideas de Bentham y otros autores. Pero también de nuevo se desata la querella que le impide llevar a cabo su propósito. Sobre la situación reinante se expresa José Manuel Restrepo, Presidente de la dirección de instrucción Pública, poniendo su propia opinión en boca de los padres de familia en el informe al Presidente Santander: "existe un descontento general de los padres de familia, los que se quejan amargamente de que se enseñen con las clases de jurisprudencia unos principios de legislación, que en concepto de dichos padres corrompen la moral de sus hijos y destruyen la religión". En esa ocasión la iniciativa de suprimir la enseñanza de Bentham fue iniciativa del Congreso, con estos argumentos del 18 de abril de 1836 que respondían a las peticiones de los sectores conservadores de la sociedad: "si este clamor fuera más que suficiente en una monarquía para obligar al gobierno a acceder a tan justas reclamaciones ¿cuánto más debe serlo en un gobierno popular representativo para que los apoderados del pueblo decreten conforme a la voluntad de este que es el soberano?
En nuestro sistema la ley es la expresión de la voluntad general, pues como contra la voluntad de los neogranadinos bien pronunciada en este asunto, ¿habría de continuar la enseñanza por Bentham, Tracy y demás autores perjudiciales? Si esto sucediera, incurriríamos en una anomalía…porque tendríamos pueblo soberano sin soberanía, pueblo libre sin libertad para hacerse el bien". En su artículo primero, el Congreso, apropiándose de las facultades del ejecutivo, decreta: "se suprime en todas las universidades y colegios de la república, la enseñanza de los principios de legislación universal por la obra de Jeremías Bentham".
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La doctrina del Utilitarismo sería estudiada a Fondo por Miguel Antonio Caro quien le critica la imposibilidad de ser una teoría ética de valor universal y su alejamiento de los valores y la tradición como son el espíritu español y cristiano reinante en la época.
Vega Rodríguez expone que Caro concebía la sociedad como un todo, anterior, superior y esencialmente diferente a la suma de sus componentes individuales. Buscaba además, darle al Estado una mayor capacidad de intervención en la sociedad, en una época en que en Europa declinaba la concepción liberal del Estado y la mayor preocupación era la cuestión social. En el campo filosófico criticaba el liberalismo de esta manera: "suponen los sostenedores de la libertad omnímoda que abandonando a sus propios impulsos los diversos intereses particulares, se concilian por ley natural y encuentran siempre equitativas y felices soluciones. La razón y la experiencia desmienten esta afirmación.
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Continua Vega Rodríguez narrando que aun con toda la oposición existente, las ideas de Bentham siguieron enseñándose en los años siguientes en la sociedad neogranadina y la querella que suscitó continuaría expresándose en las posiciones políticas radicales de los partidos liberal y conservador colombianos. El Benthamismo se emparentaba con la concepción liberal del Estado, pero no era lo mismo, por lo que pasarían algunos años antes de que se intentara organizar la nación sobre la base de la ideología liberal en su sentido clásico. Los conservadores por su parte no descansarían hasta lograr restituir los privilegios de la religión católica como base de la formación del ser humano. Esta confrontación sería la causa de la cruenta guerra civil en la segunda mitad del siglo XIX, antes de la regeneración y de la caída del liberalismo radical en Colombia.[8]


[1] www.estoraques.org/PEDRO%20LEON%20VEGA/PEDRO%20LEON%20VEGA2.html. Pedro León Vega Rodriguez.SANTANDER, LA EDUCACION Y LA QUERELLA BENTHAMISTA .
[2] www.estoraques.org/PEDRO%20LEON%20VEGA/PEDRO%20LEON%20VEGA2.html. Pedro León Vega Rodriguez.SANTANDER, LA EDUCACION Y LA QUERELLA BENTHAMISTA .
[3] www.estoraques.org/PEDRO%20LEON%20VEGA/PEDRO%20LEON%20VEGA2.html. Pedro León Vega Rodriguez.SANTANDER, LA EDUCACION Y LA QUERELLA BENTHAMISTA.
[4] www.estoraques.org/PEDRO%20LEON%20VEGA/PEDRO%20LEON%20VEGA2.html. Pedro León Vega Rodriguez.SANTANDER, LA EDUCACION Y LA QUERELLA BENTHAMISTA
[5] www.estoraques.org/PEDRO%20LEON%20VEGA/PEDRO%20LEON%20VEGA2.html. Pedro León Vega Rodriguez.SANTANDER, LA EDUCACION Y LA QUERELLA BENTHAMISTA.
[6] www.estoraques.org/PEDRO%20LEON%20VEGA/PEDRO%20LEON%20VEGA2.html. Pedro León Vega Rodriguez.SANTANDER, LA EDUCACION Y LA QUERELLA BENTHAMISTA
[7] www.estoraques.org/PEDRO%20LEON%20VEGA/PEDRO%20LEON%20VEGA2.html. Pedro León Vega Rodriguez.SANTANDER, LA EDUCACION Y LA QUERELLA BENTHAMISTA.
[8] www.estoraques.org/PEDRO%20LEON%20VEGA/PEDRO%20LEON%20VEGA2.html. Pedro León Vega Rodriguez.SANTANDER, LA EDUCACION Y LA QUERELLA BENTHAMISTA

(Imagen de Jeremy Bentham. Sacada de www.blupete.com)