La Finca Campesina

El secreto de la colonización como fenómeno de enorme fuerza social es la finca campesina de nivel medio en la cual cumplían las siguientes fases:
El colono y su familia se enfrentaban al bosque: cortaban bejucos y malezas y se construía el rancho de vara en tierra con guadua en forma de tejas largas, toldos de género, vigas con maquenques, techo con astillas y coca de palma de chonta. El agua era traída a la casa mediante canoas (descuaje de troncos y madera tumbada, amarrando estacones con bejucos atacorral). No faltaba la imagen de la Virgen María y la Cruz de Mayo en el patio y frente de la casa: "santa cruz de mayo, te llevo a mi fundo, para que nos libres, del pérfido mundo". Después se realizaba la "socola" que consistía en limpiar el terreno de malezas, bejucos y arbustos pequeños y luego se pasaba a la "derriba" que consistía en cortar los grandes árboles o a la "pica de la arriada" (picar los árboles haciéndoles una hendidura con un hacha sin derribarlos, luego el árbol más grande se corta y tumba sobre los otros para que caigan todos). Por último, luego de devastar la selva ("la galga") se esperaba el verano para realizar "la quema": el fuego se convertía en un arma eficaz para transformar en ceniza el rastrojo y los troncos al tiempo que facilitaba la eliminación de avisperos, arañas y culebras y mantenía alejados a tigres y osos.
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En el terreno preparado organizaban la roza, unidad agrícola que se fundamenta en el maíz y en el fríjol, productos básicos de la alimentación diaria: la arepa para las tres comidas principales del día, los frijoles para la comida de la tarde, la mazamorra y el claro como sobremesa; y el sobrante, para alimentar gallinas y cerdos. El fríjol se secaba en su vaina, y cuando estaba tostado por el sol se desgranaba y almacenaba con un poco de cal en polvo para protegerlo de las plagas. El maíz se cogía cuando el grano endurecía sin estar totalmente seco, para salvarlo de plagas, aves y ardillas, luego se colgaba de los travesaños del techo, enturegado (dos mazorcas de maíz atadas por las hojas de sus capachos).- En la siguiente fase el campesino cultiva la sementera, o sea el cultivo de plátano, yuca y caña de azúcar, productos que contribuían notablemente a satisfacer las necesidades básicas de la familia y se convertían en punto de apoyo para la fundación del pueblo.
Entre la señora y la abuela organizan la huerta, en una parcela pequeña junto a la casa, cercada con latas de guadua, cañabrava o matas de fique. Las mujeres cultivaban hortalizas y condimentos: cebolla, tomate, col, repollo, ahuyama, vitoria, ají pajarito, cilantro y azafrán, el huerto medicinal: albahaca, apio, cidrón, hinojo, limoncillo, llantén, malva, manzanilla, paico y saúco. Al mismo tiempo se pone especial esmero en el gallinero ya que la gallina suerte de huevos y de carne, especialmente durante los primeros años de colonización (había que cuidar el gallinero de las chuchas y zorras). La familia se dedica a cuidar los cerdos los cuales son alimentados con los sobrantes de la finca, convertidos en aguamasa. Esta fase culmina con la organización del trapiche panelero para moler la caña y satisfacer sus propias necesidades de miel y de panela.

Lo ideal para el campesino era lograr desarrollar en su finca todo el proceso anterior. De este modo se fue configurando la finca integral y autosuficiente la cual garantizaba el desarrollo de una familia numerosa, apegada a la tierra, que vendía productos en el mercado y compraba otros, que tenía casa en el pueblo y participaba de la vida social de la joven aldea.[2]
La comida provenía de su propia finca: la roza, la sementera, huevos, miel para calar plátanos, hacer caramelos, alfandoque, polveados, panela, y la carne de gallina o cerdo sólo se consumía en ocasiones especiales (sancocho) .Para el caso de Manizales nuestros colonos laboraban y mercadeaban los productos de la roza y de la sementera. Compraban: herramientas, ropas, yesqueros, perros, gallinas y cerdos. El maíz y el fríjol sobrantes se transformaban en aguamasa para engordar cerdos los cuales eran llamados la "alcancía del pobre" y contaban con mejor mercado: con la venta de los cerdos compraban herramientas, ropa y cubrían gastos de los partos. También tenían demanda productos como la miel, la panela y las gallinas. Hacían guaquería para vender el oro de las guacas y adquirir herramientas de trabajo, ropa y víveres mientras lograban la primera cosecha.
La niña aprendía que administrar una casa en el campo incluía esposo, hijos y peones para alimentar, la finca era su escuela y aprendían con su madre y abuela.
La abuela era bien apreciada y acatada, transmitía las tradiciones familiares, los saberes antiguos, las canciones infantiles, las recetas de los dulces, las historias para dar miedo y para hacer soñar. No faltaban los cuentos de la patasola, el mohán, la madreselva, el hojarasquín del monte, los duendes y las brujas.
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Esta era la vida en las fincas de la época pero diferente era en las aldeas. Ya se visliumbraba lo que sería la vida política de la ciudades organizando sus iglesias plazas y nombrando las autoridades, como lo veremos a continuación.


[1]www. Geocities.com/raices paisas/Manizales.htm
[2] www.geocities.com/raicespaisas/Monizales.htm
[3] www.geocities.com/raicespaisas/Manizales.htm
(Imagen sacada de la pagina web de la Biblioteca Luís Ámgel Arango)